De día o de noche, un niño o un adulto, todos permanecen conectados a Facebook, Tuenti, Twitter, Hi5 y otras tantas redes sociales. Saben de su utilidad y sus usos, pero ¿conocen sus riesgos?
Muchos son los tópicos que han traído consigo el nacimiento de las redes sociales. “Acercan a los que están lejos y alejan a los que están cerca” es la frase que, sin lugar a duda, mejor describe el uso de esta forma de comunicación virtual. Sólo es necesario un ordenador y conexión a Internet para entrar en el mundo 2.0, el mundo de las redes sociales donde puedes establecer contacto con un vecino de tu localidad o con una persona que esté al otro lado del charco.
Las redes sociales son formas de interacción social, definidas como un intercambio dinámico entre personas, grupos e instituciones. Las redes sociales más conocidas en España son tres: Facebook creada por Mark Zuckerberg en el año 2004 que cuenta con más 800 millones de usuarios en todo el mundo, Tuenti que nació dos años más tarde, en 2006, y a día de hoy alcanza los 12 millones de usuarios y Twitter, otra red social del mismo año, 2006 que cuenta con más de 200 millones de usuarios.
El público de las redes sociales es variado pero los más expertos y, a la vez, indefensos internautas tienen menos de 18 años. Son un sistema abierto y muy fácil de burlar si eres menor de edad: basta con cambiar tu fecha de nacimiento y ya formas parte de tantos millones de usuarios. Un amplio abanico de conocimientos para todas las edades al alcance de nuestro hijo, hermano o primo pequeño. Una de cal y otra de arena. Los niños pueden consultar por las redes sociales desde clases de apoyo para el colegio hasta contenidos inadecuados a su edad, incluso ser víctimas del acoso virtual, denominado ciberbullying, o llegar a temas más graves como ser extorsionados.
Internet como origen de violaciones a jóvenes menores.
Muchas son las noticias que aparecen en los medios de comunicación sobre violaciones cometidas a menores de edad y, a partir de la difusión de las redes sociales, ya es común encontrar que el origen de las violaciones es a través de Internet.
Para que un desconocido pueda comunicarse con un menor por alguna red social solo tiene que enviar una petición de amistad a dicho menor. Éste tiene dos opciones o bien aceptarle y permitir que el desconocido pueda hacer uso de toda la información colgada en la red, o bien rechazarle. “No aceptes caramelos de extraños” decían muchas madres a sus hijos cuando se marchaban de casa, trasladada a la actualidad esa frase podría ser transcrita a “no aceptes a desconocidos en las redes sociales” pero descubrimos que sólo un 22% de los menores hacen caso y no consideran divertido relacionarse con extraños, por lo que no les aceptarían. Si distinguimos por sexos, los chicos están más dispuestos a adoptar ese nuevo tipo de prácticas para conocer gente, un 80% de chicos aceptarían la petición o solicitud de amistad de un extraño mientras que en el caso de chicas serían un 60% las que también aceptarían.
Ciberacoso escolar entre menores: Ciberbullying
El ciberbullying es el uso de los medios telemáticos, ya sea Internet, la telefonía móvil o los videojuegos online entre otros, para ejercer el acoso psicológico. Estamos hablando de que ambas partes, tanto acosador como víctima, deben de ser menores. Si hay algún adulto, entonces estamos hablando de otro tipo de ciberacoso. Por tanto el ciberbullying es cuando un menor atormenta, amenaza, humilla, chantajea, insulta o molesta a otro mediante las tecnologías telemáticas.
El grave problema que surge con esta nueva modalidad de acoso es el anonimato. No se conoce directamente al agresor ya que las redes sociales le permiten crearse un perfil falso o imaginario en la Red. Además las redes sociales le permiten también múltiples formas para acosar: colgar una imagen comprometida en Internet, publicar datos delicados, crear un perfil falso en nombre de la víctima donde se escriban a modo de confesiones en primera persona determinados acontecimientos personales, enviar mensajes amenazantes, etc. En resumen una larga lista de formas que dependerá de la imaginación del acosador o de la intención de hacer daño con un solo fin: humillar y menospreciar a la víctima.
Un 69% de los niños encuestados admite que ha utilizado Internet para perjudicar a alguien ya sea a través del envío de fotos, vídeos o cualquier otro material comprometido. En el otro lado del campo un 71% de menores reconoce que en algún momento se han sentido víctimas a través de Internet.
Consejos para los padres
Igual que la educación impartida desde el hogar es un tema importante a la hora del futuro de sus hijos, con las redes sociales ocurre lo mismo. Los expertos aconsejan que, para evitar situaciones problemáticas con el uso de las redes sociales, el ordenador que tenga acceso a Internet esté en el salón o el comedor. Si dejamos que el niño tenga el ordenador en su cuarto se aumentan las posibilidades de que los padres no sepan qué uso hace su hijo de Internet y, por tanto, estén ajenos a los problemas que puedan surgir.
Se recomienda también que mientras el niño o niña estén haciendo uso de la red, los padres no permanezcan ausentes, sino que se interesen por lo que hacen sus hijos e intervengan durante los momentos de navegación de los menores ya sea preguntando qué están haciendo y qué páginas están consultando o “echando un vistazo” a la pantalla del ordenador. Además existe la opción de configurar el ordenador para que los padres conozcan las rutas y conductas de sus hijos como navegantes. Incluso, como parte positiva que nos deja Internet, es conveniente que padres e hijos se conecten juntos y realicen a través de la red algún tipo de actividad en familia.
Estos son sólo algunos de los muchos consejos y aún nos queda un largo camino por recorrer pues o bien por la pasividad de algunos padres o bien por sus escasos conocimientos de informática, los niños reconocen que casi siempre tienen acceso a Internet sin vigilancia e incluso que algunos padres, como vemos en el gráfico siguiente, les permiten hacer cualquier cosa por la red, es decir, no tienen ninguna restricción en el uso de Internet.
Curiosamente y respecto a las restricciones impuestas por los padres de las que estamos hablando, sí es cierto que un 69% de padres admiten "prohibir" a sus hijos comprar cosas por Internet, o un 50% de padres "prohíben" a sus hijos dar datos personales en la Red. Pero curiosamente sólo un 8% no permiten a sus hijos chatear y un 9% no permite a sus hijos utilizar redes sociales. Además un 22% de los padres encuestados reconoce que no le impone ninguna restricción a su hijo.
Los psicólogos y pedagogos nos recuerdan los riesgos que han traído consigo un mundo virtual y para prevenir los riesgos que puedan causar recomiendan fomentar el uso con cabeza de las nuevas tecnologías. Al igual que protegemos a nuestros hijos de las inclemencias del tiempo, interesándonos por las redes sociales y, en definitiva, por Internet, conseguiremos proteger a los menores de los riesgos que conlleva hacer click.
Fuente de los datos y porcentajes: Encuesta Generaciones Interactivas en España.
Una vez que ya tenemos los datos sobre la mesa os lanzo varias preguntas para vuestros comentarios:
-¿Crees que los padres realmente controlan a sus hijos en la Red? ¿Te parece bien que les impongan ciertas restricciones a la hora de navegar?
-¿Consideras que los niños y adolescentes están lo suficientemente informados de los peligros de Internet? ¿Quién crees que debería de educar a los niños de estos peligros? ¿La escuela o los padres? ¿O crees que deberían de aprender por ellos mismos?
-¿Crees que un niño de 10 años o un adolescente de 15 es realmente consciente de los peligros? ¿Y los padres? ¿Crees que son realmente conscientes de los riesgos a los que están expuestos sus hijos?
MªTeresa Cardeñosa de Heras. Grado de Periodismo